Parar la mente

Sólo la mente puede querer parar la mente, por creerse molestada por la mente.

Eso que escucha a la mente y a lo que quiere parar la mente nunca se molesta, no es ni siquiera tocado por la mente.

Intentar parar la mente es como querer parar la nubes. Déjalas pasar. Encuentra tu lugar.

Somos el espacio por donde pasan las nubes. La mente solo tiene poder si te identificas con los pensamientos.

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Nadie escucha el silencio

El silencio, ¿quién sabe lo que es?

¿Existe el silencio? Parece no existir, hasta en el lugar más silencioso uno llega a escuchar los latidos de su corazón. Y sin embargo todo sonido nace del silencio.

¿Dónde se encuentra el silencio? ¿Quién escucha el silencio? ¿Se puede escuchar el silencio? ¿O acaso es el silencio el que escucha?

¿Quién escucha? La mente comenta sobre lo que escucha, por lo tanto la mente escucha sonidos. ¿Pero quién escucha también a la mente? Con sus palabras y conversaciones. ¿Quién escucha a la voz de la cabeza?

Y eso que escucha a la mente es capaz también de discernir la veracidad de los pensamientos. Y hasta su intención. ¿Quién es ese que puede ver las intenciones ocultas de la mente aún cuando la mente no las dice?

No es alguien. Es nadie. Pero escucha.

La raíz de la adicción – Rupert Spira

Rupert SpiraRupert: La adicción de cualquier tipo, ya sea la conducta sexual, el alcohol, las drogas, el tabaquismo o cualquier forma más leve de comportamiento, siempre tiene su origen en la creencia y, lo que es más importante, en la sensación de estar separados, limitados y localizados.

La forma más común en la que esta creencia y sensación de separación se manifiesta es en el sutil o no tan sutil rechazo de la situación de este momento ― es decir, «no me agrada lo que está ocurriendo» y «quiero algo diferente a lo que está ocurriendo».

Estas dos actitudes ―tradicionalmente referidas como miedo y deseo― son las dos caras del aparente yo separado. Son dos de las formas más comunes de «resistencia a lo que es». En otras palabras, «la aparente entidad separada», la «resistencia a lo que es», y «la búsqueda de la felicidad» a través de diversos objetos, sustancias o experiencias, son sinónimos.

Estos tres estados son, de hecho, uno y el mismo estado y también podría llamarse «ignorancia» o «ignorar la verdadera naturaleza de la experiencia». Por lo tanto, «la aparente entidad separada», la «resistencia a lo que es», y «la búsqueda de la felicidad» son incompatibles con la comprensión experiencial de la naturaleza no-dual de la experiencia.

El origen de la «resistencia a lo que es», es la creencia de que lo que somos, la Conciencia, está limitada y localizada dentro de un cuerpo. Esta identificación imaginaria de nuestro Yo con un objeto limitado (que, después de ser investigado resulta, en sí, ser imaginario) crea una entidad aparente. El «Yo» real de la Consciencia parece convertirse en el «yo» limitado de la entidad separada imaginada. Es decir, pensamos y sentimos que somos un cuerpo.

Esta aparente entidad, aparentemente hecha de un objeto intermitente es, por definición, inestable y siempre está amenazada por el cambio y la desaparición. De ahí el miedo que reside en su corazón y su corolario natural, el deseo.

El miedo viene del presentimiento de que cuando esta sensación intermitente (la forma en la que el cuerpo está apareciendo en este momento) desaparece, «yo» desapareceré con él. Y el deseo viene de la aparente necesidad de sustentar esta entidad fugaz que creemos y sentimos que somos, para perpetuar su aparente existencia.

Para empezar, este miedo y deseo se manifiestan en las formas más inocuas de conducta, la más común es el pensamiento innecesario, la charla o el comentario casi constante con el que la mayoría de nosotros estamos familiarizados.

Este comentario inocuo es la forma más simple de «rechazo a lo que es». Es la charla de fondo repetitiva que asegura que la atención se desvíe casi siempre de «lo que es». Esta es la adicción primaria.

«Lo que es» se considera demasiado aburrido, llano y sin incidentes como para ser digno de atención y el pensamiento ofrece un mundo de sueño alternativo hacia el que podemos escapar del sopor o incomodidad del momento.

Una mirada honesta a nuestro pensamiento mostrará que la mayor parte de éste no sirve para ningún propósito práctico, inteligente o creativo. Es simplemente una especie de relleno que sirve para distraer la atención del aburrimiento de «lo que es».

La gran mayoría de nuestros pensamientos sobre el pasado y el futuro solo sirven para legitimar y perpetuar este tipo de pensamiento. Sin embargo, precisamente porque este tipo de pensamiento se considera inofensivo (en el sentido de que no tiene ningún efecto perjudicial sobre el cuerpo o sobre la sociedad), pasa, en gran medida, desapercibido, y de hecho es fomentado por nuestra cultura en general.

Por esta razón, es la forma más común y efectiva de adicción en la que casi todo el mundo se encuentra involucrado, generalmente sin saberlo. Y en eso radica su eficiencia al mantener vivo el sentido de separación. Por lo tanto, es el refugio perfecto para el yo aparentemente separado.

Sin embargo, a medida que crecemos, este pensamiento sutil deja de ser suficiente para mantener a raya la ansiedad, el mal-estar y la incomodidad del sentido de separación y comenzamos a recurrir a formas más poderosas de evasión.

Estas formas más poderosas de evasión son las formas comunes de adicción con las que estamos familiarizados: el trabajo excesivo, el comer excesivo, la actividad excesiva, la adicción al dinero, el uso excesivo de la televisión, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, las drogas, la pornografía, etc. etc.

Todas estas formas son simplemente estrategias de evasión ― evasión de «lo que es», evasión de «esto». Evasión del «ahora». Son refugios familiares del sentido de un yo separado.

La sociedad traza una línea basada en si la actividad adictiva en cuestión es un peligro inmediato en sí misma, en cuanto a la legitimidad de cada una de estas actividades, de este modo tolera unas y condena otras. Sin embargo, desde el punto de vista de la ignorancia, todas son simplemente estrategias de evasión y negación. De hecho, cada una es simplemente una variación de la evasión raíz ― el pensar incesante que gira en torno al pensamiento «yo».

Si abordamos honestamente, como tú lo has hecho, nuestra experiencia, siempre encontraremos este pensamiento y su contrapartida más profunda en nuestros sentimientos a nivel del cuerpo, por debajo o por detrás de todas las formas subsiguientes de adicción.

raízTodo comienza con «yo», el cuerpo. Esa es la raíz de todo el sufrimiento que nuestras adicciones buscan aliviar.

Si la sociedad condena una forma de adicción más que otra, por cualquier razón, podemos ser persuadidos a cambiar el rumbo, pero en nuestros corazones este fuego de incomodidad, de evasión y rechazo, y su inevitable contrapartida en la búsqueda de la felicidad (que es otro nombre para la adicción) continuará. Y no descansaremos realmente hasta que hayamos llegado a la raíz del asunto. Llegar a la raíz del asunto significa ir a la fuente del aparente «yo» separado, no solo a la creencia del «yo» separado, sino, lo que es más importante, al sentimiento de ello.

Solo cuando todo el mecanismo del aparente yo separado ha sido visto claramente en toda su sutileza, estamos libres de ello, es decir, la Conciencia se sitúa «conscientemente» en y como Sí misma, sin ser aparentemente ocultada por la creencia y la sensación de separación.

Entonces, ¿qué hacer?

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Mooji – Esta voz es de la mente o del ser?

Para algunas personas en el momento en que aparece un pensamiento inmediatamente son atraídos hacia él. Un pensamiento dice: «A esa persona no le gustas» e inmediatamente cambian la actitud, como si no hubiera ningún espacio. No reflexionas ni te dices ¿Qué es esto? ¿De donde viene? Inmediatamente estás actuando el pensamieto.

Con el espacio que hay en tí como el ser eres capaz de discernir estas cosas sin ningún pánico. Puedes mirar a esos pensamientos y decir  ¿Qué es? ¿Quién está haciendo qué aquí? Entender si hay en ellos tanta carga como para darles tanta atención. De lo contrario ¿porqué vendrían? ¿porqué serían incluso tomados en cuenta?

Muchos pensamientos surgen de manera potencial dentro de la conciencia, pero no florecen porque no hay ningún interés en ellos.  No queda ninguna memoria de ellos, no se registran en absoluto, y no tienes que trascender algo en lo que no tengas ningún interés. Simplemente no se conecta contigo.

Video disponible con subtítulos en español, mirar las opciones.

Infelicidad en las relaciones – Rupert Spira

Rupert Spira explica el proceso de auto-indagación (self enquiry) con un ejemplo muy cotidiano: siento que una relación me genera infelicidad… ¿Qué hacer con esto?

Video subtitulado en español.

¿Cómo puedo saber la diferencia entre la intuición y los pensamientos? – Eckhart Tolle

Por lo general, la intuición se presenta como un saber muy rápido y silencioso. Es un simple saber que la mente puede llegar a juzgar en el momento posterior. A menudo oímos, «Oh, si sólo hubiera escuchado esa primera intuición, todo esto habría resultado mejor. Lo sabía, pero no lo escuché». Por lo tanto, usted debe comenzar la práctica de confiar en ese saber dentro de ti y los mensajes que evoca.

Cuando llega la intuición, la descubrirás como una sensación congruente, algo así como, «Oh, yo debería ir aquí.» Como si todo tu cuerpo estuviera alineado con esta sensación, mientras que cuando la mente entra en juego, hay una desconexión de el cuerpo. Todo lo que se oye son estos diferentes pensamientos acerca de la sensación. «Oh, ¿es cierto? No sé por qué tengo que ir allí. Bueno, no necesito ir allí en absoluto».

Así, observa la próxima vez. Observa el cuerpo. Observa la mente, porque la intuición por lo general viene en voz muy baja y con una paz detrás de ella.

Ahora, puede llevar un poco de práctica para reconocer esto si usted es el tipo de persona que muy a menudo niega su intuición. Usted no la sigue porque la mente se hace cargo y empieza a juzgarla. Los invito a practicar el reconocimiento de la verdadera intuición porque vivir desde ese espacio es la verdadera inteligencia. Es conectar la inteligencia personal, por así decirlo, con una mayor inteligencia de la vida misma. La vida te está guiando.

A menudo, la mejor manera de comenzar esta práctica es simplemente meditar y despejar la mente pensante. Hacer espacio para lo que eres precisamente en este momento, que no es un pensamiento, sino una conciencia. Esta conciencia es la vida y tu eres vida. Cuando estamos conectados con la vida, nuestro ego se sale del camino y la intuición aparece a través de ti. Es sólo cuando el ego está en medio cuando se bloquea la intuición, dando una segunda opinión a la vida misma.

La vida nos habla de muchas maneras. Nuestras almas están esperando para volver a casa. Cuando no prestamos atención a nuestra intuición, estamos dando la espalda a estar en casa. Nos estamos alejando de nosotros mismos. Y nuestro propósito aquí es ser uno con la vida y expresar la vida misma en cualquier forma que quiera venir a través de ti.

No hay otra alegría más grande que estar conectado a la vida misma, experimentando el despliegue de las palabras y los movimientos que vienen a través de ti de manera espontánea, natural y orgánica. Disfrutar del momento presente. Disfrutar de estar conectada a la vida. Disfrutar de experimentar la intuición de que viene a través. Es tu guía para estar aquí y vivir en este mundo.

Traducido de artículo en inglés de la página oficial de Eckhart Tolle http://communicate.eckharttolle.com/news/2016/10/13/how-can-i-know-the-difference-between-intuition-and-thoughts-arising-in-the-mind/

Respirar: la mayor herramienta de transformación

Alguien me mostró hace poco el prospecto anual de una organización espiritual grande. Al hojearlo me impresionó la gran diversidad de seminarios y talleres importantes. Me recordó el smorgasbord, uno de esos banquetes suecos donde puede uno elegir entre una enorme variedad de platos. La persona me preguntó si le podía recomendar uno o dos cursos. «No sé», le respondí, «todos suenan muy interesantes». «Pero sí se lo siguiente», añadí. «Tome conciencia de su respiración tantas veces como le sea posible, cada vez que recuerde hacerlo. Hágalo durante un año y será un medio de transformación mucho más poderoso que asistir a todos esos cursos. Y no vale nada».

Al tomar conciencia de la respiración apartamos nuestra atención de los pensamientos y creamos espacio. Es una forma de generar conciencia. Si bien la conciencia plena existe ya como no manifiesta, estamos aquí en el mundo para traer la conciencia a esta dimensión.

Tome conciencia de su respiración. Note la sensación de respirar. Sienta cómo el aire entra y sale de su cuerpo. Note cómo se expanden y se contraen ligeramente el pecho y el abdomen al inhalar y al exhalar. Una respiración consciente basta para abrir algo de espacio en medio del tren interminable de pensamientos. Una respiración consciente (y dos todavía más) varias veces al día es una manera excelente de traer espacio a la vida. Aunque medite con la atención en la respiración durante dos horas o más, como lo hacen algunas personas, solo necesitará (o podrá) tomar conciencia de una respiración. Las demás son recuerdos o anticipación, es decir, pensamiento. Respirar no es realmente algo que hagamos, sino algo que presenciamos mientras sucede. La respiración sucede espontáneamente. La inteligencia de nuestro cuerpo se encarga de ella. No hace falta esfuerzo alguno. Note también a breve pausa de la respiración, especialmente el punto quieto, al final de la exhalación, antes de la siguiente inhalación.

La respiración de muchas personas es superficial, contrariamente a lo que debería ser. Mientras más se toma conciencia de la respiración, más se restablece su profundidad natural.

Puesto que la respiración carece de forma, desde tiempos antiguos se la ha asimilado al espíritu, a la Vida única informe. «Y Dios hizo al hombre del polvo de la tierra y sopló en sus narices el aliento de vida y lo hizo un ser viviente». En alemán, respiración es atmen, palabra derivada del sánscrito antiguo atman que significa el espíritu divino interior o el Dios interior.

El hecho de que la respiración carezca de forma es una de las razones por las cuales tomar conciencia de ella es una forma muy eficaz de traer espacio a la vida, de generar conciencia. Es un objeto de meditación excelente precisamente porque no es objeto y carece de forma. La otra razón es que la respiración es uno de los fenómenos más sutiles y aparentemente insignificantes, lo «mínimo» que, según Nietzsche, es el ingrediente de la «mejor felicidad». Usted podrá decidir si desea practicar o no la conciencia de la respiración como meditación formal. Sin embargo, la meditación formal no reemplaza la acción de crear la conciencia del espacio en la vida diaria.

El hecho de tomar conciencia de la respiración nos obliga a estar en el momento presente, la clave de toda transformación interior. Siempre que tomamos conciencia de la respiración estamos absolutamente presentes. Podrá notar que no puede pensar y tomar conciencia de la respiración al mismo tiempo. Al respirar conscientemente se detiene la mente. Pero lejos de estar en trance o medio dormidos, estamos completamente despiertos y muy alertas. No caemos por debajo del pensamiento sino que nos elevamos por encima de él. Y si observamos más atentamente, descubrimos que esas dos cosas, estar completamente en el momento presente y dejar de pensar sin perder la conciencia, son una sola: el surgimiento de la conciencia del espacio.

Descubra su espacio interior creando vacíos entre el torrente de pensamientos. Sin esos vacíos, el pensamiento se vuelve repetitivo, pierde toda inspiración y chispa creadora, como sucede con la gran mayoría de las personas del planeta. La duración de esos vacíos no importa. Unos cuantos segundos bastan. Poco a poco se irán alargando por sí mismos, sin ningún esfuerzo de su parte. Más importante que la duración es la frecuencia, de tal manera que haya espacios entre las actividades diarias y el torrente de pensamientos.

Eckhart Tolle

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Entrevista a un médico Tibetano

ENTREVISTA A UN MEDICO TIBETANO
LAMA TULKU LOBSAN

–Cuando un paciente viene a su consulta, ¿cómo descubre cuál es su enfermedad?
–Mirando cómo se mueve, su postura, la forma de mirar. No hace falta que me hable ni me explique qué le pasa. Un doctor de medicina tibetana experimentado, solo con que el paciente se le acerque a unos 10 metros, puede saber qué dolencia sufre.

–Pero también escucha los pulsos.
–Así obtengo la información que necesito de la salud del enfermo. Con la lectura del ritmo de los pulsos se pueden diagnosticar un 95% de las enfermedades, incluso psicológicas. La información que dan es rigurosa como la de un ordenador. Pero leerlos requiere mucha experiencia.

–Y después, ¿cómo cura?
–Con las manos, la mirada, y preparados de plantas y minerales.

–Según la medicina tibetana, ¿cuál es el origen de las enfermedades?
–Nuestra ignorancia.

–Pues perdone la mía, pero, ¿qué entiende usted por ignorancia?
–No saber que no sabes. No ver con claridad. Cuando ves con claridad, no tienes que pensar. Cuando no ves claramente, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más pensamos, más ignorantes somos y más confusión creamos.

–¿Cómo puedo serlo menos?
–Le daré un método muy simple: practicando la compasión. Es la manera más fácil de reducir tus pensamientos. Y el amor. Si quieres a una persona de verdad, es decir, si no la quieres solo para ti, aumenta tu compasión.

–¿Qué problemas ve en Occidente?
–El miedo. El miedo es el asesino del corazón humano.

–¿Por qué?
–Porque con miedo es imposible ser feliz, y hacer felices a los otros.

–¿Cómo afrontar el miedo?
–Con aceptación. El miedo es resistencia a lo desconocido.

–Y como médico, ¿en qué parte del cuerpo ve más problemas?
–En la columna, en la parte baja de la columna: os sentáis demasiado tiempo en la misma postura. Vitalmente, tenéis demasiada rigidez.

–Tenemos muchos problemas.
–Creemos que tenemos muchos problemas, pero en realidad nuestro problema es que no los tenemos.

–¿Qué quiere decir?
–Que nos hemos acostumbrado a un nivel de necesidades básicas cubiertas, de modo que cualquier pequeña contrariedad nos parece un problema. Entonces, activamos la mente y empezamos a darle vueltas y más vueltas sin solucionarlo.

–¿Alguna recomendación?
–Si el problema tiene solución, ya no es un problema. Si no, tampoco.

–¿Y para el estrés?
–Para evitarlo, lo mejor es estar loco.

–¿…?
–Es una broma. No, no tan broma. Me refiero a ser o parecer normal por fuera, y por dentro estar loco: es la mejor manera de vivir.

–¿Qué relación tiene usted con su mente?
–Soy una persona normal, o sea que a menudo pienso. Pero tengo entrenada la mente. Eso quiere decir que no sigo a mis pensamientos. Ellos vienen, pero no afectan ni a mi mente ni a mi corazón.

–Usted se ríe a menudo.
–Cuando alguien ríe, nos abre su corazón. Si no abres tu corazón, es imposible tener sentido del humor. Cuando reímos, todo es claro. Es el lenguaje más poderoso: nos conecta a unos con otros directamente.

–También acaba de editar un CD de Mantras con una base electrónica, para el público occidental.
–La música, los Mantras y la energía del cuerpo son lo mismo. Como la risa, la música es un gran canal para conectar con el otro. A través de ella, podemos abrirnos y transformarnos: así la usamos en nuestra tradición.

–¿Qué le gustaría ser de mayor?
–Me gustaría estar preparado para la muerte.

–¿Y nada más?
–El resto no importa. La muerte es lo más importante de la vida. Creo que ya estoy preparado. Pero antes de la muerte, debemos ocuparnos de la vida. Cada momento es único. Si damos sentido a nuestra vida, llegaremos a la muerte con paz interior.

–Aquí vivimos de espaldas a la muerte.
–Mantenéis la muerte en secreto. Hasta que llegará un día de vuestra vida en que ya no será un secreto: no os podréis esconder.

–Y la vida, ¿qué sentido tiene?
–La vida tiene sentido, y no. Depende de quién seas. Si realmente vives tu vida, entonces la vida tiene sentido. Todos tenemos vida, pero no todo el mundo la vive. Todos tenemos derecho a ser felices, pero tenemos que ejercer ese derecho. Si no, la vida no tiene sentido.

La nueva tierra

En este video Eckhart Tolle explica la transición por la que estamos pasando en la tierra.

El Cambio de Ciclo, el Pacha Kuti, el Kali Yuga, la Nueva Era, el Nuevo Tiempo, el Apocalipsis y el Cielo.

Muy recomendado.

Identificación

Identificarnos con cualquier cosa que hacemos y cualquier cosa que tenemos, ya sean posesiones o gentes, es, así creemos, necesario para nuestra supervivencia, para la auto-supervivencia. Si no nos identificamos con esto o aquello, sentimos como que estamos en el limbo. Ésa es la razón por la que es difícil parar de pensar en la meditación. Porque sin pensar, no habría identificación. Si yo no pienso, ¿con qué me identifico? Es difícil llegar a un estado en la meditación en el que realmente no haya nada más con qué identificarnos.

La felicidad, también, puede ser una identificación. “Yo estoy feliz.” “Yo estoy infeliz.” Porque somos tan agudos en la supervivencia tenemos que mantenernos identificándonos. Cuando esta identificación se convierte en un asunto de vida o muerte del ego, que normalmente es, entonces el temor de pérdida se convierte tan grande, que podemos estar en un constante estado de miedo. Constantemente temerosos a perder ya sean las posesiones que nos hacen ser lo que somos, ó la gente que nos hace ser lo que somos. Si no tenemos hijos, ó si mueren todos ellos, ya no somos más una madre. Por eso el miedo es supremo. Lo mismo va es para todas las otras identificaciones. No es una manera muy tranquila de vivir, ¿y a qué se debe eso? Solamente a una cosa: ego, el anhelar a ser.

Esta identificación resulta, por supuesto, en anhelar a poseer. Y este poseer resulta en apego. Lo que tenemos, con lo que nos identificamos, a eso estamos apegados. Ese apego, ese aferrarse, hace extremadamente difícil tener un punto de vista libre y abierto. Este tipo de adherencia, cualquier cosa que sea a lo que nos aferremos–puede ser que no nos aferremos a automóviles y casas, puede ser ni siquiera el apego a la gente–pero ciertamente nos aferramos a puntos de vista y opiniones. Nos aferramos a nuestro punto de vista del mundo. Nos aferramos al punto de vista de cómo vamos a ser felices. Tal vez nos aferramos a la opinión de quién creó este universo. Sea lo que sea a lo que nos aferremos, hasta cómo el gobierno debería manejar el país, todo eso hace extremadamente difícil ver las cosas como realmente son. Ser abiertos. Y es solamente una mente abierta la que puede tomar nuevas ideas y entendimiento.

Cualquier cosa a la que nos apegamos, nos mantiene limitados a ella. Si me aferro a la pata de una mesa, no puedo traspasar la puerta. No hay forma que yo pueda moverme. Estoy atorada. Cuando yo me suelte, tendré la oportunidad de salir. Cualquier identificación, cualquier posesión a la que nos aferremos, es lo que nos detiene de alcanzar la realidad trascendental. Ahora, nosotros podemos ver fácilmente este apegarse cuando nos apegamos a cosas o gente, pero no podemos ver fácilmente porqué los cinco khandhas se llaman los cinco agregados del apego. Ése es su nombre, y ellos son, de hecho, a lo que más nos apegamos. Ése es un apego completo.

Aferrarnos es la mayor posesión y apego que tenemos. Mientras que nos aferremos, no podemos ver la realidad. No podemos ver la realidad, porque el apego está en el camino. El aferrarnos colorea cualquier cosa que nosotros creemos que es cierta. Ahora, no es posible decir “está bien, dejaré de aferrarme.” No podemos hacer eso. El proceso de quitar el “yo” aparte, de no creer más que esto es una unidad, es algo gradual. Pero si la meditación tiene algún beneficio y éxito, debe mostrar antes que nada, que hay una mente y hay un cuerpo. No hay una sola cosa actuando de acuerdo todo el tiempo. Está la mente que está pensando y haciendo que el cuerpo actúe. Ahora, ese es el primer paso en conocerse a uno mismo un poco más claramente. Y entonces nosotros podemos notar “éste es un sentimiento” y “yo le estoy dando un nombre a este sentimiento,” que significa memoria y percepción. “Éste es el pensamiento que estoy teniendo acerca de este sentimiento. El sentimiento ha surgido porque la conciencia mental se ha conectado con el sentimiento que ha surgido.”

Toma por separado los cuatro partes de los khandhas que pertenecen a la mente. Cuando hacemos eso mientras está sucediendo–no ahora, cuando estamos pensando en eso, sino cuando está sucediendo, entonces tenemos una vaga idea de que eso no es realmente yo, que esos son fenómenos que están surgiendo, permanecen un momento, y entonces cesan. ¿Cuánto tiempo permanece la conciencia mental en un objeto? ¿Y cuánto tiempo duran los pensamientos? ¿Y realmente, nosotros los invitamos?